Sexo en tiempos postpandemia
¿Ha cambiado nuestra vida sexual tras el COVID? En este artículo analizamos tres encuestas del CIS realizadas en 2021, 2022 y 2023.
¿Ha cambiado nuestra vida sexual tras el COVID? En este artículo analizamos tres encuestas del CIS realizadas en 2021, 2022 y 2023.
Uno de los temas que ha pasado de refilón durante el confinamiento ha sido la sexualidad en tiempos de pandemia.
Uno de los efectos positivos que ha tenido la legalización del cannabis en Estados Unidos y la normalización de su uso está siendo el aumento del interés académico por las aplicaciones del cannabis a la mejora de la respuesta sexual.
Se acabó. La próxima vez que me grite le voy a decir que no soy un saco de boxeo. Ya estoy harta.
En este artículo continuamos nuestra serie sobre sexualidad y plantas afrodisíacas. En esta ocasión presentamos, junto a la maca y la pimienta, otra de las plantas fiscalizadas por el régimen internacional de control de drogas, la hoja de coca. A pesar de su prohibición en el comercio internacional, y gracias a la cláusula firmada en su momento por los países andinos, la hoja de coca se puede cultivar y consumir libremente en Perú y Bolivia. La defensa de su uso tradicional se ha convertido en bandera de la reivindicación de los pueblos originarios de esta zona del mundo.
En artículos anteriores de esta serie abordamos la relación entre el cannabis y la sexualidad. También mostrábamos los obstáculos que se encuentra una persona sana a la hora de ejercer una sexualidad satisfactoria: factores mentales, tabúes sociales, mandatos familiares o religiosos, valores, educación, mitos… En ese sentido abogamos por trascender la heterosexualidad monógama y su mito del amor romántico mediante la práctica del amor incondicional, basado en la libertad y el respeto, como fuente importante de orgasmos. Pero es importante precisar que cuando hablamos de amor incondicional no hablamos de compromiso de mantenerse en una relación prolongada o de fidelidad sexual, precisamente eso supondría poner condiciones al amor.
En artículos anteriores de esta serie en El Cultivador sobre cannabis y sexualidad mostrábamos los obstáculos que se encuentra una persona sana a la hora de ejercer una sexualidad satisfactoria: factores mentales, tabúes sociales, mandatos familiares o religiosos, valores, educación, mitos… También abogamos por trascender la heterosexualidad monógama y su mito del amor romántico mediante la práctica del amor incondicional, basado en la libertad y el respeto, como fuente importante de orgasmos.
A continuación, continuamos el listado de plantas con efectos afrodisíacos, indicadas tanto para hombres como para mujeres, una buena alternativa mientras el paradigma patriarcal se transforma en un modelo más amable y placentero.
En el artículo anterior de esta serie hablábamos del amor incondicional, basado en la libertad y el respeto, como fuente importante de orgasmos. Por desgracia, vivimos en una sociedad con una estructura patriarcal en la que la norma no es el amor libre, sino la monogamia heterosexual, regida por los patrones del amor romántico, según los cuales la pareja es una propiedad a la que hay que controlar, y donde vivir en pareja implica renunciar a tener sueños y deseos independientes del proyecto en común.
En el capítulo anterior de esta serie vimos cómo la histeria se convirtió en una epidemia entre las mujeres heterosexuales del siglo XIX y principios del XX debido, principalmente, a una definición y práctica de la sexualidad centrada únicamente en el placer masculino a través del coito. Gracias a ello se desarrollaron y difundieron los vibradores y juguetes eróticos, inicialmente como aparatos médicos para tratar la histeria, y después como juguetes eróticos en las alcobas de las damas que pudieran pagarlos.
En los artículos anteriores hicimos un repaso a los estudios sobre sexualidad y cannabis a lo largo de la historia. En esta ocasión, nos vamos a centrar en una de las aplicaciones medicinales del cannabis menos conocidas y más utilizadas a finales del siglo XIX.